Empezaba nuestro último día en La Habana , antes de empezar la
gran aventura, que nos llevaría a recorrer casi toda la isla, aunque más
adelante volveríamos.
Hoy conseguimos despertarnos sin la ayuda de Tito Rei, se
había tomado una tregua y vendría más tarde a por nosotros, tenía recados que
hacer.
Una vez allí, nos dispusimos para ir a ver la zona que aún
nos quedaba, intentamos entrar en el Hotel Nacional, el más famoso de La Habana,
pero nos fue imposible.
Una cumbre Americana donde estaban todos los presidentes de América
Central nos lo impidió, llevaban ya un par de días y eso se notaba en la
seguridad que había por las calles. Fuimos a ver pues la Plaza de la Revolución
y lo hicimos a pie, pasando por la 5ª Avenida que la verdad impresionaba más sin
coches que si estuviera llena de tráfico.
Ya
en la plaza y tras alguna foto de familia, fuimos a la Estación de Autobuses, en esta última probamos la bebida típica de los Cubanos, ‘’ El planchao ‘’ o ‘’ Planchaito ‘’ como ellos lo llaman : ‘’ Tumbao’’. Ron puro que te dejaba un picorcito de garganta muy agradable.
De allí y sin que tampoco nos dejaran entrar en la
Biblioteca Nacional, decidimos ir a casa del Tío Reinaldo, ansiosos de ver en
qué tipo de casa vivía el y la mayoría de cubanos.
Iba a ser la primera vez que
viviéramos esa experiencia y desde luego no nos iba a dejar indiferentes.
Llegamos, y viendo el barrio donde estábamos, algo nos
decía que no iba a ser lo más lujoso de La Habana. Un pasillo de 1 metro de
ancho donde había que pasar por la puerta y salón de diferentes vecinos, llegamos
a su casa.
Primera mirada rápida y ya habíamos visto todo, a ojo y con
el salón la cocina y el baño juntos, no debía de tener más de 15 m2 . Lugar
donde el, su perro y su mujer vivían. Y arriba una cama para ambos, una
escalera de caracol de donde vimos bajar a su mujer que bien podía pasar por la
famosa actriz madre de Paco León, que es como la bautizaríamos.
Con una cocina como una bañera de grande y sin sitio para
dejar nada, se puso Rei a cocinar. Seria pequeña la cocina, pero lo que salió
de ahí era grande, muy grande. ‘’ Cualquier cantidad’’ de comida la que nos
preparó de nuevo Tito Rei.
Llego su sobrina, guapa, simpática y agradable y por fin
pudimos empezar a regalar las pinturas, chupachus y libros que teníamos
guardados para todos los niños que los necesitaran.
Sin mesa donde apoyar los platos ni sillas o sofá para
todos, nos pusimos a comer, que importa la comodidad cuando conoces a gente que
está pasando hambre. Estaba todo tan rico que excepto la olla de arroz para una
boda que preparo, no sobro nada.
Probamos los Kimbombos, verdura típica de allí, con un sabor
que no te dejaba indiferente.
Para el postre Helado preparado por ellos, y vídeos musicales
que nos puso su sobrina de Reggaeton, o como ellos lo llaman: ‘’ Música Clásica
‘’.
Estuvimos hablando con Reinaldo de sus inquietudes y
preocupaciones en temas familiares, y cada palabra que decía, subía nuestro
afecto hacia él, una historia que si tiene suerte y algún día sale de Cuba ,
espero podamos contar bien alto.
Una vez terminada la sobremesa, entro en acción Chamberlain,
con la novia en España y demasiadas ganas de hablar con ella, tuvimos que
buscar una ETECSA.
Se trata de las únicas zonas de Cuba donde existe el Wifii y
se puede acceder a Internet, novedad para ellos, que hacía que fuera la hora
que fuera estuvieran siempre llenas de gente alrededor de la oficina con sus
móviles o portátiles.
Llegamos a la conclusión que cuando había mucha concentración
de gente, había gente cantando y bailando, o conectados a Internet. Error no
haber fotografiado ninguna de esas zonas, porque era digno de ver. Aunque
poniendo Pokemon Go en google podéis haceros a la idea.
Una vez allí y con la oficina cerrada, creo recordar que era
Domingo, había una señora en la puerta que por 3 cuc te daba una tarjeta con número
de usuario y contraseña para poder conectarte. Su precio original era 2 cuc 1
hora.
Cogimos dos tarjetas para nosotros tres poder hablar también
con nuestras familias y tranquilizarles, eso si no lo hicimos nosotros. Un
audio del Tío Reinaldo iba a dejar claro lo buen cuidado que estamos, y así
fue.
Y de repente el diluvio volvió aparecer, pero esta vez nos
pilló de lleno, un cielo cerrado completamente y una manera de llover agua
caliente que no dábamos crédito. Escuchamos en las noticias que la 2ª depresión
tropical estaba azotando Cuba y por distintas localidades iba a hacerse notar.
Cuando por fin paró un poco, fuimos camino a la Gua- Gua ,
intentamos convencer a Tio Rei que se quedara en casa y que ya volvíamos
nosotros, pero no hubo manera.
Una vez en la parada, volvió a llover ‘’ Cualquier cantidad
de agua ‘’ o como dijo Reinaldo ‘’
Una cantidad enciclopédica de agua ‘’. Vino el bus y posiblemente debíamos
haber usado una canoa para poder subirnos a él, pero aquello era Cuba y había
que mojarse. Ya empapados y sentados por primera vez en la Gua-Gua (siempre iba
llena) aquello se ponía interesante.
Las carreteras inundadas, el conductor a la misma velocidad
de siempre y ventanas rotas y abiertas, hizo del viaje, lo más parecido a los
fiordos del parque de atracciones.
Vimos como salía agua del suelo o como nos entraba de lleno
en la cara por las ventanillas, pero lo que para nosotros era gracioso, para
ellos era motivo de diversión.
Una vez bajamos de la Gua-Gua vimos algo insólito que es
mejor que veáis vosotros mismos
Y lo más sorprendente es que lo hacían descalzos.
Seguimos andando comentando y riéndonos de lo que habíamos
visto, cuando de repente más sorpresas. Niños de entre 4 y 10 años tirándose
por las calles y charcos como si fuera su diversión en días como estos.
Cogimos la mochila donde teníamos globos, pinturas, ceras y
cuentos y como si de un grupo militar se tratara allí estaban todos, firmes
como un palo.
Se me ocurrió preguntar quién era el más mayor para que se
encargara de repartir todo lo que les íbamos a dar, cuando de repente y de
entre todos los que formaban en corro, aparece una mano del mas peque de todos
y con una cara de felicidad, nos dice: ¡¡¡ YO !!!.
¿Qué haríais ante eso? Pues sí, se lo dimos a él. Aunque he
de decir que le duro poco, los mayores se acabaron imponiendo.
Seguimos nuestro camino hasta casa comentando todo lo que
llevaba acontecido el día y pensando donde ir y que hacer por la noche, ya que
cena aún quedaba en casa de la preparada por el Tito Reinaldo.
Y a por la siesta de nuevo, esta vez era más tarde y no nos
imaginábamos lo que iba a pasar.
A las 19:00, las 20:00 y las 21:00 fuimos cayendo uno a uno,
pensando de nuevo que alguno de nosotros se despertaría sobre las 00:00 y
despertaría al resto. No ocurrió. Las 5:00 de la mañana cuando los ojos de Mary
y los míos se despedían definitivamente del JET-LAG, después de aquello no volvería
aparecer más en nuestro viaje.
Nos despertamos por fin a las 7:00 de la mañana y lo que
acontecería el siguiente día también seria fabuloso, una ciudad nueva,
distintas personas, mas aventuras. Aunque eso sí, ya empezábamos a estar
enamorados de Cuba.
Domina tu vida.
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